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Retos empresa familiar

Los retos de la Empresa Familiar.

Índice

La gestión empresarial ya es de por si una tarea compleja, pero cuando se trata de gestionar una empresa familiar, la situación se puede volver aún más compleja si cabe.

A las habilidades directivas y competencias profesionales se les suman una serie de soft skills más vinculadas con la gestión emocional y la capacidad de diferenciar entre empresa y familia, algo que no siempre resulta sencillo.

Son muchas las empresas familiares que forman parte del tejido empresarial de España. Algunas de ellas con una gran relevancia e importancia en sus sectores. Las cadenas hoteleras Barceló Hotel Group e Iberostar Hotels & Resorts, por ejemplo, son un claro ejemplo. Ambas empresas son un gran referente a nivel nacional como internacional. Y no dejan de ser a fin de cuentas, una empresa familiar en manos de la familia Barceló y Fluxà, respectivamente. Dos grandes familias de empresarios mallorquines que junto con Escarrer, propietarios del grupo Melia Hotels International, forman el tridente de la industria hotelera española.

La realidad es que estas empresas hoy son auténticas multinacionales, que han sabido superar los retos a los que se enfrentan las empresas familiares y convertirse en tres de las principales cadenas hoteleras a nivel internacional. Pero sus inicios y los retos que debieron afrontar, no fueron muy diferentes a los de cualquier empresa familiar.

Principales retos de la empresa familiar.

Si existe un denominador común entre las empresas familiares que acaban convirtiéndose en grandes compañías es que deben apostar por la formación, la innovación y la expansión (nacional e internacional) como principales palancas de crecimiento empresarial. Veamos cuáles son los principales retos que una empresa familiar debe afrontar para garantizar su supervivencia.

Sucesión.

El relevo generacional es probablemente el mayor de los retos a los que se enfrenta una empresa familiar.

Para asegurar la continuidad de la empresa, es necesario planificar la sucesión y relevo generacional, así como desarrollar programas de profesionalización de la compañía, que aporten un mayor criterio empresarial a la toma de decisiones. Para el negocio, es más relevante pensar en cómo las relaciones familiares influyen en la toma de decisiones empresariales, y no a la inversa.

El relevo generacional debe planificarse con tiempo. Y se debe disponer de una estrategia cuando llegue el momento de la jubilación o el traspaso del negocio. Algo que en muchas ocasiones, suele implicar la entrada de nuevos socios a la empresa familiar.

De cara a la continuidad de la empresa en la familia, hay que diferenciar tres aspectos clave:

  • Familia: se centra en la protección de los valores e intereses de sus miembros.
  • Negocio: se centra en la aportación de valor al negocio.
  • Propiedad: se centra en la capacidad de decisión y la responsabilidad de salvaguardar el patrimonio y la rentabilidad de las inversiones.

Una correcta combinación de estos elementos es necesaria para diseñar el plan más adecuado a cada empresa. Ya que no existen procesos de sucesión universales, cada empresa deberá encontrar el suyo. En ocasiones, la mejor decisión, tanto a nivel familiar como empresarial, puede ser mantener el accionariado de la compañía, pero delegando su administración a manos más expertas.

Formación.

El capital humano constituye uno de los principales factores de éxito en una empresa. Contar con la incorporación de un nuevo miembro de la familia al proyecto empresarial no siempre es una decisión sencilla.

Formar parte de la familia no debería ser en ningún caso único requisito. Por supuesto, formar parte de la familia puede significar muchas virtudes, lealtad, compromiso, incluso un mayor conocimiento del negocio. No obstante, hay que tener en cuenta que será necesaria una formación específica y experiencia laboral para poder mantener la competitividad de la empresa y potenciar su crecimiento.

Puede resultar muy interesante, que los miembros de la familia que afrontarán la sucesión tengan previamente una experiencia profesional fuera de la empresa familiar. De este modo podrán incorporar nuevas experiencias e iniciativas a los procesos del negocio familiar.

Aversión al riesgo.

El capital de las empresas familiares, suele formarse habitualmente por las aportaciones de la propia familia. Lo que hace que puedan ser organizaciones más conservadoras y que presentan una mayor resistencia a los cambios.

A menudo, esto puede generar una merma de la competitividad, ya que cuesta adoptar nuevas medidas, y explorar nuevas oportunidades de negocio. Mantener durante demasiado tiempo la forma de hacer las cosas sin estar abiertos a nuevos inputs, puede generar una falta de visión de negocio a largo plazo.

Resistencia al cambio.

Muy relacionado con el punto anterior, se encuentra la resistencia al cambio en la empresas familiares. Generalmente esta resistencia vienen vinculada a la implantación de nuevos procesos o nuevas tecnologías.

La tradición puede suponer un valor para la empresa en algunos sectores. Pero la adopción de nuevas tecnologías y la digitalización de la empresa es hoy en día una necesidad más que una elección. La capacidad de adaptación, la innovación y la flexibilidad deberían ser también valores presentes en toda empresa familiar.

Crecimiento.

Todos los problemas y retos vistos hasta ahora pueden socavar las posibilidades de la empresa familiar a la hora de enfrentarse a nuevos mercados. No olvidemos que una de las principales palancas de crecimiento empresarial es la expansión a nuevos mercados, ya sean nacionales o internacionales, y en el caso de la empresa familiar no iba a ser menos.

Conflictos entre aspectos empresariales y familiares.

Separar ambos mundos no siempre es fácil. Mas bien, suele ser uno de los principales puntos de fricción y que en ocasiones termina con la relación familiar, empresarial y en los casos más complejos, ambas.

Cómo afrontar los retos de la empresa familiar.

Pese a todos estos retos a los que se enfrentan las empresas familiares. Estas siguen siendo un importante pilar de la economía, no sólo en España, también a nivel global. Y son muchas las empresas familiares que han sabido lidiar con los retos y han alcanzado el éxito empresarial.

Implementar unos buenos hábitos de planificación y gestión empresarial ayudará a las empresas familiares a afrontar estos retos con mayores garantías de éxito.

Establecer un plan de negocio.

Establecer un plan de negocio ayudará a la empresa a clarificar sus objetivos a largo plazo. Además aportará un criterio unificado de gobierno corporativo y ayudará a la transición entre generaciones.

Profesionalización.

Profesionalizar la gestión empresarial y delimitar las áreas de responsabilidad de cada miembro ayudará a evitar futuros conflictos familiares y empresariales.

La gestión administrativa y económica del negocio, el área operativa, y marketing y ventas, suelen ser las áreas organizativas más relevantes, que junto con dirección general deberían ser ocupadas por diferentes profesionales con la formación y experiencia necesaria, ya sean miembros o no de la familia.

Planificación de procesos.

Los procesos operativos de la empresa deberían ser plasmados en un documento que recoja la política operativa de la empresa. Esto facilitará el relevo generacional. Pero además ayudará a establecer criterios homogeneizados a la hora de establecer responsabilidades de cada puesto, criterios de contratación, política de incentivos, etc.

No debemos olvidar, que aunque se trate de una empresa familiar, pueden existir más profesionales en ella ajenos a la familia. Y la perdida de talento puede convertirse en un nuevo reto a afrontar si no se recompensa a todos los trabajadores por igual, independientemente de los lazos familiares.

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